La Región de Murcia cierra 2022 con 2.459 parados menos, lo que supone un descenso anual del 2,6 por ciento, por debajo de la media nacional que ha sido del -8,6. También la afiliación a la Seguridad Social evoluciona en positivo, subiendo en el año en 12.178 personas hasta llegar a un total de 631.835 afiliados, alcanzando un incremento anual del 1,9 por ciento (2,3 a nivel nacional).

Resultado de la mayor actividad propia de la campaña navideña, diciembre ha contribuido a esta evolución con una bajada del paro del 1,1 por ciento respecto al mes anterior; y una subida de la afiliación del 0,1 por ciento. Concluye así un año de avance para el mercado laboral regional, aunque se modera la intensidad con la que se ha venido logrando.

La Región cierra el ejercicio con 89.962 parados registrados, un nivel de paro similar al de hace 14 años, anterior a las consecuencias de la crisis económica de 2008 y la producida por la pandemia. Sin embargo, cabe precisar la complejidad de la comparación de los datos, dado que vienen determinados por los cambios en la definición de parado introducida por la reforma laboral, especialmente en cuando a los fijos discontinuos que estando en situación de inactividad, ya no se consideran parados.

Buena evolución de todos los sectores

Todos los sectores se han visto beneficiados por la evolución del paro durante el pasado año. Concretamente, agricultura ha tenido el mejor comportamiento con 1.576 personas en paro menos (-22,1 por ciento); seguido de servicios con 677 parados menos (-1,1 por ciento); construcción, donde la disminución es de 634 personas (-8,5); e industria, con 367 parados menos (-3,8). En sentido contrario, el colectivo sin empleo anterior aumenta en 795 personas su nivel de paro, lo que supone una subida del 9,8 por ciento.

Perspectivas inciertas

De cara al año que comienza, los empresarios advierten de la persistencia de las incertidumbres globales que presenta la economía nacional e internacional, especialmente en lo relativo a los elevados niveles de inflación y la inestabilidad geopolítica. En el primero de los casos, destaca el aumento de los precios de la energía y los alimentos, con sus efectos en el consumo privado y las decisiones de inversión de las empresas, a lo que se suma la subida de los tipos de interés.

En cuanto al escenario internacional, sigue afectando la ausencia de resolución de la guerra de Ucrania y las desfavorables perspectivas económicas que presenta China, según los principales organismos internacionales.

En cuanto a las limitaciones propias de la actividad empresarial regional, destacan las amenazas a la disponibilidad de agua y su elevado precio, en una economía tan dependiente de este recurso; así como la necesidad de financiar estructuras fundamentales para el incremento de la competitividad empresarial como el Corredor Mediterráneo.

Todos estos factores se reflejan en un mercado laboral de perspectivas inciertas para 2023, donde será difícil mantener la reducción del paro aunque se siga creando empleo, en un contexto de crecimiento económico moderado.