La Región de Murcia cierra 2021 con 28.922 parados menos que hace un año, lo que supone un descenso del 23,8 por ciento, por encima de la media nacional (20,1 por ciento). Con ello, el número total de personas en paro se sitúa en la Región en 92.421, lo que está por debajo del nivel prepandemia (101.485 parados en febrero de 2020).

En el mismo sentido, la afiliación a la Seguridad Social sube durante el año en 26.326 personas hasta llegar a un total de 619.657 afiliados, lo que supone un incremento anual del 4,4 por ciento (4,1 a nivel nacional), superando también los niveles anteriores a la pandemia.

Buena evolución de todos los sectores

Todos los sectores se han visto beneficiados por la evolución del paro durante el pasado año. Concretamente, servicios ha tenido el mejor comportamiento con 17.680 parados menos (-22,7 por ciento); seguido de agricultura, con 2.789 personas en paro menos (-28,2 por ciento); industria, donde hay 2.500 parados menos (-20,1 por ciento); y construcción, donde la disminución es de 1.989 personas (-21,1). Por su parte, el colectivo sin empleo anterior reduce en 3.964 personas su nivel de paro, lo que supone una bajada del 32,8 por ciento.

El último mes del año ha contribuido a esta buena evolución al registrarse en la Región 2.632 parados menos (-2,8 por ciento); y un aumento de la afiliación en 1.347 personas (+0,2).

A esta positiva evolución se suma la resolución de buena parte de los trabajadores en situación de ERTE que pasan de 12.935 a finales de 2020, a los 1.209 actuales, lo que pone de manifiesto la recuperación progresiva de la actividad de las empresas murcianas.

Esperanza e incertidumbres

Para la Cámara de Comercio de Murcia la evolución del mercado laboral en 2021 resulta esperanzadora, tras un 2020 especialmente duro, por lo que supone de recuperación de la actividad empresarial. Sin embargo, también se advierte de que esta mejora del mercado laboral debería tener un mayor reflejo en la productividad de la economía en su conjunto.

Entre otras incertidumbres que afectan a la actividad empresarial encontramos los efectos de la modificación de la legislación laboral en el mercado de trabajo, aún por constatar; la evolución de la pandemia con la aparición de nuevas variantes que está volviendo a provocar restricciones en determinadas actividades; o el precio creciente de la energía y la crisis de suministros de componentes para la industria que produce incrementos de costes y falta de respuesta a la demanda de ciertos sectores.

Finalmente, los empresarios también recuerdan las limitaciones a su actividad que suponen los tradicionales problemas de la economía regional, como son la falta y carestía de agua en una economía tan dependiente de este recurso, así como las deficientes infraestructuras de transporte de las que dispone la Región, especialmente en el ámbito ferroviario. En este sentido, se insiste en que las ayudas europeas deberían dirigirse a financiar estructuras fundamentales para el incremento de la competitividad empresarial como el Corredor Mediterráneo o el Gorguel; así como promover cambios profundos en los modelos productivos de sectores con especial potencial de crecimiento en la Región, como el turismo, la logística o las energías renovables, entre otros.