Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) hecha pública hoy por el INE relativos al cuarto trimestre de 2019 reflejan un mercado laboral que, a pesar de crear empleo, no logra absorber el incremento de la población activa. La existencia de 10.900 personas más dispuestas a trabajar en la Región ha determinado que en el conjunto del año haya más gente trabajando, pero también más parados.

Concretamente, durante 2019 en la Región se han creado un total de 7.300 puestos de trabajo, con un incremento anual de la ocupación del 1,21 por ciento, un crecimiento bastante menos intenso que el año anterior (3,11) y el peor registro desde que se recuperó la senda de creación de empleo en 2013, tras superar el largo periodo de crisis.

El incremento de la ocupación regional también ha sido menor que el obtenido a nivel nacional (+2,06), destacando su empeoramiento en el último trimestre del año, donde se destruyó empleo (-1 por ciento). El resultado global con que cierra el año es de 611.900 ocupados, lo que supone que aún no se ha recuperado el empleo destruido durante la crisis, ya que en la Región se alanzaron máximos de 644.200 ocupados en el segundo trimestre de 2007.

En el caso del paro, la segunda mitad del año ha roto con la tendencia de reducción, con especial intensidad en el último trimestre, donde el número de parados aumentó un 14,95 por ciento. Su compensacón con la primera mitad del año hace que el aumento del paro global durante 2019 sea del 3,12 por ciento, mientras que en el ámbito nacional se ha logrado reducir un 3,40. Supone, además, el primer año desde 2013 en el que no se consigue bajar el número total de parados que se sitúa en 117.200 personas, con lo que la tasa sube al 16,8 por ciento, frente al 15,83 del pasado año y el 13,78 de la media nacional.

Esta situación es interpretada por la Cámara de Comercio de Murcia como un claro aviso de la ralentización de nuestro mercado laboral que disminuye su ritmo de creación de empleo y no logra reducir el paro, lo que se traduce en inquietud empresarial por el futuro próximo. Además, se aprecia un punto de inflexión a partir de mediados de año cuando las incertidumbres políticas, tanto en el ámbito nacional como regional, alcanzaron su mayor nivel. Esta situación “en una fase expansiva de la economía como la que se ha producido en 2019 alerta sobre las consecuencias que supone la inestabilidad en un contexto donde todas las previsiones apuntan a una desaceleración económica”.

A las menores previsiones de crecimiento hay que sumar factores propios de la Región de Murcia que limitan su capacidad de expansión y creación de empleo, como son la falta de soluciones al déficit hídrico con las amenazas al mantenimiento del Trasvase Tajo-Segura, el retraso de infraestructuras de transporte como la llegada del AVE o la infradotación dentro del sistema de financiación autonómica que recibe la Región de Murcia.

También preocupa a los empresarios la amenaza de una reforma laboral sin consenso con los agentes sociales; así como las anunciadas medidas que eliminen o reduzcan la necesaria flexibilidad empresarial para ajustar sus recursos a la situación del mercado, una flexibilidad que ha permitido un largo periodo de creación de empleo.